Nueva York 2021. Stephen Colber está en vivo burlándose de España, llamando al flamenco una rabieta convertida en arte y diciendo que España no tiene cultura para exportar. En la audiencia, Antonio Banderas se levanta lentamente de su asiento. Lo que pasó después se convirtió en la lección de cultura más vista de la historia de la televisión americana.

El icónico estudio de CBS en Televisión City vibra con la energía eléctrica de una grabación en vivo. Es un martes por la noche de octubre y Stephen Colber está en uno de sus mejores momentos, llevando casi 6 años como host del programa nocturno más visto de la televisión americana. Su escritorio curvo brilla bajo las luces profesionales de alta definición y la audiencia de 300 personas está completamente entregada a cada chiste, cada pausa, cada inflexión de su voz.

El set es una maravilla de la tecnología televisiva moderna, pantallas LED gigantes que pueden mostrar cualquier imagen, un escenario que se transforma según las necesidades del show y un sistema de sonido que hace que cada palabra de Couber resuene perfectamente en todo el estudio. Y ahora, señoras y señores, dice Coulber con esa sonrisa sardónica que lo ha convertido en el rey indiscutible de la sátira política nocturna, es hora de mi segmento favorito de la semana.

Noticias internacionales ridículas. La banda musical toca una pequeña fanfarria mientras aparece el logo del segmento en las pantallas gigantes. La audiencia aplaude con entusiasmo. ¿Saben que cuando Colber dice ridículas se viene algo devastadoramente divertido? Resulta que España, sí, España, ese país que aparentemente todavía existe entre Francia y Portugal, aunque a veces me pregunto si no es solo un mito urbano, ha decidido que quiere ser relevante otra vez.

Coulber gesticula dramáticamente mientras lee de sus tarjetas, su timín cómico perfectamente calibrado después de décadas de experiencia. Las risas del público se intensifican como ondas que se extienden por todo el estudio. Coulber está en su elemento navegando las corrientes de la comedia con la destreza de un maestro. Han anunciado una nueva iniciativa cultural para, y cito textualmente, exportar la rica cultura española al mundo moderno.

Hace comillas con los dedos mientras adopta una expresión de total incredulidad. Perdón, ¿qué exportar cultura española? En 2021, la cámara principal captura las risas del público, pero la cámara secundaria, que está barriendo la audiencia en busca de reacciones, capta algo completamente diferente. En la quinta fila, sección VIP, Antonio Banderas está sentado con perfecta postura, vistiendo un elegante traje azul marino de corte italiano que le da un aire de autoridad silenciosa.

Sus ojos, inicialmente divertidos por el show, comienzan a cambiar gradualmente. La diversión se transforma lentamente en algo más serio, más atento, más alerta. Antonio había venido esta noche como invitado especial para apoyar a su querida amiga Penélope Cruz, quien aparecería más tarde en el programa para promocionar su nueva película dirigida por Pedro Almodobar.

Era una noche que debería haber sido de celebración, de amistad, de promoción del talento español en Hollywood. No esperaba convertirse en testigo de un ataque sistemático a su patria, exportar cultura española. Coulber finge confusión total, adoptando esa expresión exagerada que usa cuando quiere hacer ver algo como completamente absurdo.

¿Qué van a exportar exactamente? La habilidad de tomar siestas de 3 horas en medio del día laboral, el talento único de comer cena a las 11 de la noche cuando el resto del mundo ya está durmiendo, la costumbre de gritar mucho en conversaciones normales. Cada línea es entregada con la precisión de un cirujano, diseñada para extraer la máxima risa del público y funciona.

La audiencia se ríe a carcajadas, completamente entregada al ritmo cómico de Colber. Pero Antonio siente como cada comentario es como una bofetada. No a él personalmente, él ha lidiado con estereotipos durante décadas. sino a los millones de españoles que trabajan duro, que han construido una democracia moderna, que han contribuido enormemente al arte, la ciencia y la cultura mundial. Pero esperen, esperen.

Coulber levanta las manos como si acabara de tener una revelación cómica. Tal vez me estoy siendo injusto. Tal vez España realmente tiene cultura para exportar. Después de todo, nos dieron el flamenco. Se levanta de su escritorio y comienza una imitación completamente estereotipada y ofensiva del baile flamenco.

Sus movimientos son exagerados hasta el punto de la caricatura, pisotones violentos, brazos flailin dramáticamente una expresión facial que parece más una mueca de dolor que de arte. Olle, pole, grita mientras hace una versión grotesca de los movimientos tradicionales. Es como si alguien hubiera convertido una rabieta de niño de 5 años en una forma de arte y lo hubiera llamado cultura.

La audiencia explota en carcajadas. Varios espectadores están llorando de la risa. Los productores en la cabina de control están encantados. Este tipo de contenido viral es exactamente lo que los Ratins demandan, pero Antonio ya no está riéndose. Sus manos, que habían estado relajadas sobre sus rodillas, ahora están cerradas en puños.